Ataque a columbus
Candelario Cervantes y José Bencomo.
El Capitán Martín Rivera, el Coronel Candelario Cervantes y el Sr León Cárdenas Martínez salen de Namiquipa en Enero de 1916 rumbo a Columbus a entrevistarse con el comerciante judío Samuel Rabel propietario de la tienda Rabel Bros, Hard Ware Store, a quien no veían desde el año de 1913 cuando negociaron con él llegando al acuerdo de que abastecería de contrabando a las tropas villistas con armas y parque que se le solicitara, siempre y cuando se le pagara por adelantado y entregándose en un lugar que previamente se señalara cerca de la frontera.
En esta ocasión los revolucionarios no iban a negociar con el judío sino a exigir por órdenes de Villa que se les regresara el dinero que le pagaron por el último cargamento vendido, ya que no estaba en buenas condiciones y por lo tanto había sido factor para perder la batalla de Celaya. El comerciante corre al Coronel Cervantes y sus acompañantes mandando el mensaje a Villa que no regresará ningún armamento ni mucho menos dinero y que no haría ningún trato con ellos tachándolos de bandidos.
El 16 de febrero (1916) regresan y se reúnen con Villa por la noche en la Hacienda de San Jerónimo, mismo día en que sus tropas habían derrotado una flota de carrancistas en Santa Anna, población actualmente llamada Soto Maynez en el municipio de Namiquipa. Ahí se informó a Villa lo acontecido con el norteamericano Rabel.
Después de cenar y escuchar a León Cárdenas contar entre otras cosas la invasión estadounidense a nuestro país del 9 de marzo de 1847, Villa entrega una lista y ordena a los recién ascendidos generales Francisco Beltrán y Candelario Cervantes que partan de inmediato a Namiquipa y convoquen a los elementos que se mencionan en dicha lista.
Esa misma noche en la madrugada del 17 de febrero tocaron las puertas de las casas de cada uno de los enlistados y los reunieron en la plaza de Namiquipa para informar de una misión especial la cual el General Villa solicitaba se unieran ya que necesitaba gente escogida, sanos, fuertes y fogueados y se les da la libertad de si no se sienten bien de salud o cansados abortar la misión, finalmente sólo los coroneles Pedro Luján y Francisco Rico manifestaron estar mal de salud.
Después de reunirse en la Plaza de Namiquipa se van de inmediato para la hacienda de San Jerónimo para presentarse con Villa donde les informa la misión expresando que necesita gente de confianza, posteriormente paso revista de manera personal
La gente de Namiquipa que se incorporó fueron los siguientes:
(Lista realizada en el año 1960)
Esa madrugada del día 17 de febrero de 1916, el destino tocó, llamando a la puerta de cada uno de esos hombres, que precisamente por muy HOMBRES, el general Villa los escogió para esa aventura única en la historia.
Las tropas villistas se organizan en San Jerónimo yendo por delante la escolta de hombres namiquipenses donde el de mayor graduación era el mayor Juan B. Muñoz recién ascendido, reconociendo como comandante en jefe al general Candelario Cervantes y como jefe inmediato a Muñoz.
Candelario Cervantes nombró a José Bencomo como jefe de su escolta con la gente de Cruces, Namiquipa. Emprendieron la marcha y llegaron a Namiquipa tomando cuarteles en el barrio de la plaza. Francisco Villa se hospedó en la casa de la familia del mayor Juan B. Muñoz por ser gente de su confianza y su escolta se instaló en la casa del finado don Prisciliano Barrera, el hombre más rico del lugar.
Todo el día 17 de febrero los villistas se dedicaron a herrar sus caballos y el día 18 por la noche abandonaron el pueblo rumbo al norte pasando por el pueblito de Cruces. En el municipio de Namiquipa no se volvió a saber de ese regimiento hasta el día 9 de marzo cuando se consumó el ataque a Columbus Nuevo México.
Información obtenida del Libro Villa Contra Todo y… en pos de la venganza sobre Columbus, N.M.
(Barrera, 1960)